Hola gente
Hoy he aprendido que soy un tonto. Al menos eso piensa Enrique Múgica, nuestro defensor del pueblo, que considera tonto a todo aquél que no le guste el mundo de los toros.
Yo tengo la sensibilidad para apreciar la estética de los toros, pero vaya usted a los tontos a demostrarles eso.
Ahí queda eso. Le diré señor defensor que en efecto los toros sí son muy estéticos. Son unos animales inmesos, imponentes, bellos y de naturaleza noble, lo que no es estético es todo lo que rodea al toro. La nobleza de nacimiento es sustituida por la bravura, a base de golpes y picotazos en las dehesas, para poder ser toreados en las plazas de toros y morir después de un suplicio de unos quince minutos. Pero lo que más me fastidia es que precisamente esta práctica esté reconocida como un arte.
Pues si es tonto aquél que no le gusta el mundo que rodea a los toros, tendré que reconocer que soy tonto de remate.
¿Y a nosotros los tontos quién nos defiende del defensor?
Besos y abrazos
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